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La obstrucción congénita de la vía lagrimal, consiste en el retraso de la canalización del extremo final del conducto nasolacrimal en la válvula de Hasner, la cual se produce poco después del nacimiento.
Parece ser más frecuente en niños nacidos por cesárea.
La epífora afecta aproximadamente al 20% de los recién nacidos, aunque se resuelve espontáneamente en el 96% de los casos durante los primeros 12 meses.
SIGNOS Y SINTOMAS:
DIAGNOSTICO
Se realiza con la historia clínica y la valoración por oftalmolólogo.
TRATAMIENTO
En general el tratamiento es conservador durante los primeros 9 -12 meses, se aconsejan masajes y lavados con suero fisiológico.
En algunos casos requiere cortos períodos de antibiótico tópico
La mayoría de los niños se curan al año de vida , aquellos en los que el masaje no es efectivo, requieren un sondaje de la vía lagrimal bajo anestesia general, que suele ser efectivo desde la primera semana post-tratamiento.